Todo estaba listo para pasar una linda noche en familia, festejar "el cumple de Jesucito" y esperar la llegada de los regalos de Papá Noel. Elena había puesto una gran mesa larga afuera.
Los grandes habían empezado a picar y tomar algo, mientras Bauti y yo largamos con el chasqui-bum (que mucho no me simpatizó) y las estrellitas!
Al rato (como ya es clásico en Salta) se largó una tormenta terrible. Hasta ahí nada era grave, al contrario. Tenía su atractivo y todo. Enseguida un relámpago sonó tan fuerte que se cortó la luz. Y seguía siendo simpático pasar la noche de Navidad afuera a la luz de la vela. Hasta que de repente empezó a soplar el viento y se empezaron a volar el mantel y las servilletas, y la lluvia empezó a salpicarnos. Tanto, que no quedó otra que mudar toda la mesa para adentro!
Entonces pudimos comer tranquilos. Para matar la ansiedad de la llegada de Papá Noel, hicimos algunas fotos familiares! (para variar)
Hasta que finalmente, después de tanto esperar (gracias a Dios había dormido una buena siesta!), después del brindis, y después de los fuegos artificiales (algo disminuidos por la lluvia), llegó Papá Noel!!!
No les explico la emoción que me agarró al ver tantos regalos juntos, y sobretodo, que tantos fueran para mí. No paré de gritar, saltar, y hasta me puse a repartir!!!
Benja también ligó lo suyo, aunque el pobre no podía disfrutar tanto porque estaba zombie del sueño...
Gracias por tantos regalitos!!! Pero sobretodo, gracias por esta lindísima Navidad en familia!!!
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